¡No estábamos muertos, estábamos de prácticas! Ha sido un año muy movidito, lleno de experiencias geniales y de un poco de aventura y en el que hemos estado ocupadísimos. Mantener el blog al día ha sido imposible, pero ya estamos de vuelta, con más experiencia y nuevas recetas.
Tiramisú para los amantes del after eight. Tenía que hacerlo. Aunque en Tóestábueno estamos divididos entre el sí! rotundo a la menta y el odio profundo, yo no me voy a rendir, Antonio acabará disfrutando de este sabor tanto como yo, y que mejor manera que introduciendolo en postres que ya conoce. Por otro lado le da frescor y hace del tiramisú un dulce un poco más veraniego.
Otra cosa buena es que como el postre contiene un poco de alcohol y el resto es pura grasa y azúcar podéis meterlo en el congelador un par de horas y tendréis una tarta helada casera deliciosa.
Ingredientes:
-250 g de mascarpone
-3 huevos pequeños
-bizcocho de soletilla (he usado unos 25)
-160 g de azúcar
-una cafetera entera de café solo
-un chorrito de brandy
-15 g de hojas de menta fresca
1-Escaldar durante diez segundo las hojas de menta, escurrir e inmediatamente sumergir en agua helada. Así conseguiremos que la menta no se oxide y fijaremos el color verde.
2-Preparamos el café, añadimos el brandy y lo dejamos enfriar.
3-Triturar la menta bien escurrida con el queso mascarpone. Poco a poco, removiendo la mezcla con una cuchara si es necesario.
4-Batir las yemas y añadir el azúcar. Mezclar con el queso con ayuda de unas varillas.
5-Batir las claras a punto de nieve y mezclar con cuidado con la mezcla de yemas, azúcar y queso.
Dejar en la nevera.
6-Forramos con papel film un recipiente rectangular, de unos 15 x 30 cm aprox. Esto nos ayudará después a desmoldar. Vamos alternando capas de crema y cacao en polvo, con capas de bizcochos bañados en café y brandy. Compactándolos lo mejor posible. Terminamos la última capa con cacao, filmamos y guardamos en la nevera un día, para que los bizcochos absorban bien todos los sabores.
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