Natalia Rey es la que sigue las normas y se pone gorro
Hoy no va a haber receta, os voy a hablar de un seminario en el que estuve como ayudante hace un par de semanas.
La escuela donde me preparo organiza cursos para empresas, que consiste en hacerlos ir trabajar los sábados para darles charlas sobre el trabajo en equipo y yo que sé que más. Pero además incluyen actividades relacionadas con la comida, en este caso un pequeño seminario sobre el origen del sushi y un concurso.
Todo esto lo llevó a cabo mi compañera Natalia Rey Vargas, y debo decir que además de interesante fue muy divertido. Además lo que hace está muy bueno, yo he comido en su casa (digo comer, para quedar fina, pero lo que he hecho ha sido devorar) y me estoy planteando alquilarle una habitación con pensión completa y hacer allí almuerzo y cena diarios.
El día comenzó preparando los ingredientes en el aula-cocina que tenemos allí, cociendo arroz, macerando solomillo, cortando frutas, verduras y pescado. Y probándolo todo, por supuesto: antes de que empezara el taller nos habíamos comido la primera tanda de arroz que salió de la cocedera.
Cuando el grupo llegó y les dieron los mandiles y los gorros se quedaron flipando, no tenían ni idea de lo que iban a hacer.
Después de la exposición y la explicación de los tipos de sushi, comenzó el concurso, cada grupo debía elegir los ingredientes que habíamos preparado (entre ellos había, chocolate, mortadela, anchoas, para despistar...) y montar un plato. Verlos pelearse con las esterillas, disertar sobre cuáles eran los mejores ingredientes y ponerse la zancadilla entre equipos (de buen rollo) fue un espectáculo, de hecho me hizo pensar que hay cosas en las que los humanos no crecemos, y que si nos ponen a competir por un gato de la suerte de plástico, haremos todo lo que esté en nuestra mano por conseguirlo.
En fin, que me pierdo, estamos preparando algunos post de recetas japonesas, y otras con un toque asiático, y las iremos publicando durante el próximo mes...consejos para cocer el arroz y que quede en su punto, algunos productos indispensables, adaptaciones occidentales para bolsillos poco boyantes y clases de sushi ... un poco de todo. De momento os dejo la ilustración de Antonio para que vayáis abriendo boca.
La versión japonesa de "piqué guindilla y me froté los ojos"
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